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Pasados estos primeros dias del verano, la estación del año con la que todos nos solemos ilusionar con tiempo libre, planes, viajes y reencuentros…Unos meses de días largos, sol, calor y para algunos, una época de mucho tiempo libre, tiempo que se puede aprovechar para hacer muchas cosas:
- Viajar, aunque sea a un lugar cercano, por el placer de sentirse extraño y conocer nuevos sitios.
- Si se es aficionado a la música, acudir a un concierto al aire libre o a un festival. Conciertos en vivo.
- Practicar deporte al aire libre: yoga, buceo, vela, bici…
- La lectura y el verano vienen de la mano: leer en la playa, a la sombra de una buen árbol, o justo después de comer y antes de la siesta. Nuestra recomendaciones: «Una madre» y » Un perro» de Alejandro Palomas y » La Trilogía de la Ciudad Blanca», de Eva García Saenz de Urturi.
- Quedar con los amigos, sin planes ni horarios. También con esas personas a las que siempre tienes ganas de ver pero nunca acabas viendo.
- Caminar sin rumbo ni prisas por tu ciudad y encontrar nuevos rincones.
- Si te gusta el arte, es buen momento para ver exposiciones con poca gente.
- Dormir la siesta.
- Saborear la gastronomía veraniega: espetos, gazpachos, helados…
- Pasear en barco.
- Ver una película en un cine de verano.
- Darse baños en el mar o en un río o poza.
- Disfrutar del silencio y de paz interior.
- Un día sin planes ni horario, por lo menos. Pura improvisación.
- Ver las perseidas y dormir bajo las estrellas….
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Los veranos son como las vidas, muy diferentes pero todas válidas. A veces queremos hacer muchas cosas y otras simplemente no queremos hacer ninguna. Viajar, descansar, playa, campo… lo importante es saber disfrutar de lo que tenemos a nuestro alcance y si además, se tiene vacaciones, mucho mejor.
