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A veces, las personas de nuestro alrededor hacen cosas que nos hieren o con las que nos sentimos traicionados o incluso agredidos. En otras ocasiones, somos nosotros mismos los que hacemos algo con lo que más tarde no estábamos tan de acuerdo. Son esas situaciones que quedan enquistadas la que producen sentimientos de pesar, tristeza, rencor e ira.
Perdonar no es tarea fácil, requiere de fortaleza y valentía de la persona que se siente ofendida. Contrariamente a lo que muchos piensan, perdonar un agravio es un acto de fortaleza, no de debilidad ya que involucra una gran dosis de voluntad para hacerlo y a su vez se renuncia al rencor y venganza.
«El verdadero perdón es el que se concede sin ser pedido. Es más un acto de corazón que de razón; de bondad que de justicia» Pablo Arribas.
Además del efecto que produce en nuestro estado mental, se ha comprobado que el enfado, la ira y el resentimiento son emociones que nos conectan directamente con la salud ( hipertensión arterial y otras enfermedades, migrañas, indigestión, ansiedad, tensión muscular y calambres, fatiga…). Si reconoces en ti algunos de estos síntomas, lo mejor es acudir a un especialista para que te guíe y ayude a solucionarlo.
Según recientes estudios, estos son algunos de sus beneficios:
- Disminuye los niveles de ira, hostilidad y depresión.
- Mejora la gestión de conflictos y alivia el estrés.
- Se reduce la frecuencia cardíaca y la tensión arterial.
- Fortalece y solidifica las relaciones de toda índole.
- Se regula el sueño y el apetito.
- Mejora significativa en los desórdenes de índole psicológico y de la salud en sentido general.
- Beneficia tanto a quien lo otorga como a quien lo recibe.
«El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe» William Shakespeare
Perdonar no significa justificar, dejar impune o cerrar los ojos ante las acciones dañinas. Tampoco el perdón quiere que busques o te reconcilies con la persona que sientes que te ha hecho daño. El perdón es más bien un movimiento del corazón, es la capacidad que esta presente en cada persona de autosanarse, primero reconociendo el dolor y luego eligiendo soltarlo, rehusando a vivir con un corazón endurecido por la amargura y el resentimiento. En el fondo el perdón es una declaración de libertad.