Filtros físicos, químicos y biológicos: ¿Qué son y en qué se diferencian?
FILTROS FÍSICOS
Los filtros físicos son sustancias de origen mineral que actúan por reflexión de la radiación solar.
Se podría decir que funcionan como una pantalla, ya que son capaces de reflejar y dispersar la radiación ultravioleta (UV) y, además, controlar la luz visible y la radiación infrarroja. De esta forma, ayudan a evitar que las radiaciones penetren en la piel y dañen a sus células.
Los filtros físicos más usados son el óxido de zinc, el dióxido de titanio y el óxido de hierro.
Los filtros físicos, también conocidos como filtros minerales o inorgánicos, resultan adecuados para la fotoprotección de niños menores de tres años, pieles sensibles (con intolerancias a filtros químicos, alérgicas etc.), post-procedimientos, (láser, peelings químicos…) y cicatrices. Además, se caracterizan por su estabilidad ya que su efecto no disminuye con el tiempo. Aun así, es importante reaplicar la fotoprotección cada dos horas y después del baño o de haber sudado.
LOS FILTROS FISICOS SON CAPACES DE REFLEJAR Y DISPERSAR LA RADIACIÓN ULTRAVIOLETA ( UV) Y ADEMÁS, CONTROLAR LA LUZ VISIBLE Y LA RADIACIÓN INFRAROJA.
FILTROS QUIMICOS
Los filtros químicos, también denominados orgánicos, son moléculas capaces de absorber la radiación solar UV en la capa más superficial de la piel. Su función es captar la energía, transformarla en calor y convertirla en una longitud de onda distinta que sea inofensiva para la piel.
Los filtros químicos tienen distintos espectros de absorción: unos absorben los rayos UVB, otros los UVA o la radiación visible, y algunos son capaces de absorber más de un tipo radiación. Entre sus beneficios destacan su buena cosmeticidad y que no manchan la ropa. Para realizar su función necesitan al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
Los rayos UVA penetran más profundamente en la piel. Es por ello que son los responsables del fotoenvejecimiento de la piel, la aparición de manchas, alergias solares e incluso cáncer de piel.
Por otro lado, los rayos UVB se quedan en la parte superficial de la piel. En total son un 5% de la radiación ultravioleta que llega a la tierra. Y son los responsables del bronceado aunque también de las quemaduras solares y, como los UVA, del cáncer de piel. Los protectores solares deben proteger tanto frente a los rayos UVA como a los UVB.
LOS FILTROS QUMÍICOS PUEDEN ABSORVER LA RADIACIÓN SOLAR ULTRAVIOLETA EN LA CAPA MÁS SUPERFICIAL DE LA PIEL
FILTROS BIOLÓGICOS
Los filtros biológicos, aunque no sean protectores solares «per se», son antioxidantes naturales que, además luchar contra el envejecimiento prematuro, evitan la formación de radicales libres potenciando el sistema inmunológico cutáneo. Se ha comprobado que su incorporación a los fotoprotectores aumenta la eficacia de estos mejorando la protección antioxidante natural de la piel y ayudando a reparar el daño solar: potencian el subsistema inmunológico cutáneo.
Los más utilizados son la vitamina A , C y E . Se pueden usar de forma tópica ( serum, cremas, ampollas…) y en la alimentación.
CONSEJOS
1- Sea generoso al aplicar el protector solar: los dermatólogos recomiendan aplicar una cantidad suficiente y que cubra las áreas de piel que se vayan a exponer al sol. Aplique el protector solar con frecuencia, aproximadamente cada 2 horas.
2- Elija el índice de protección solar ( SPF) en función del tipo de piel que tenga y necesidades.
3- Utilice protector solar a diario, vaya a exponerse al sol directamente o no. Si es mujer y lleva maquillaje, aplíquelo justo después de la crema hidratante.
4- Por último, siga siempre el consejo de su especialista, no lo dude.