Hoy en día, vivimos en una constante huida del silencio. Vivimos rodeados de ruido, acústico, visual, mental. Múltiple información nos llega simultáneamente y por diferentes canales. Nuestro cerebro está ocupado de forma permanente: radio de fondo, música en el coche, televisor encendido (aunque nadie lo vea), teléfono operativo 24 horas al día, redes sociales, además de todos los planes, rutinas y ajetreos….Estamos tan acostumbrados al ruido y a las palabras, que ya no nos acordamos de como es el silencio. Esa maravillosa sensación que nos embarga cuando no se escucha nada.
Existen diferentes tipos de silencios; está el silencio que acompaña a la indiferencia, o el que escolta a las personas enemistadas, pero es el silencio que se caracteriza por oposición al ruido y al exceso de palabrería es el que nos preocupa. Ya en los años 60 Simon and Garfunkel, con su famosa canción «The Sound of Silence» nos cantaban sobre la gente que habla pero no conversa, oye pero no escucha, de la búsqueda de ese sonido interior que se aleja del ruido exterior y que se impone, llenándolo de paz, El Sonido del Silencio.
El silencio nos da la opción de meditar, de pensar y cuestionarnos si estamos haciendo bien o mal las cosas, si estamos tomando buenas decisiones en nuestras vidas. Nos permite hacer algo que casi nunca hacemos, hablar con nosotros mismos y escuchar lo que los otros tienen que decir.
- Búscalo, desconecta y aléjate de tu entorno habitual ( playa, campo…)
- Apaga el móvil y vete solo/a o si vas acompañado, acuerda abandonar el diálogo.
- Intenta olvidar lo que dejas en tu entorno, en ese momento no vas a solucionar nada. Desconecta, descansa. De esta forma, ayudas a tu mente a parar, has quitado los estímulos externos, reducido el jaleo y la contaminación acústica y sensorial.
- Haciendo meditación, mindfulness ( aconsejamos consultar nuestra entrada del blog ) retiros…
- Pasea por un sitio tranquilo.
En el ruido encontramos nuestra zona de confort. No nacemos con el, nos acostumbramos y muchos de los problemas de nuestra sociedad tienen su origen en ese constante rumor. Bien dice un proverbio chino que no hay nada que decir que sea menos importante que el silencio. Que alejados del ruido están las respuestas a todas nuestras preguntas.